miércoles, 3 de junio de 2009


El alma en un Hilo.
Por: Bonnie K. Frederick. (*)

En su poemario titulado Tras los Hilos, Diana Espinal nos presenta la canción de una mujer buscando los hilos que entretejen su pasión y su ilusión en un amor integro y trascendental.
El amor nace de la naturaleza etérea de "Vientos que mecen retratos" y "anémonas perezosas"
El lenguaje capta el eterno deseo de los amantes de mezclar su existencia en una "escribiré en tus latidos mis suspiros" y borrar las contradicciones entre la ilusión y la realidad.
"Te pienso tal como te sueño" pero los hilos se desenredan tanto como se tejen y si la amante siente magnetismo del "imán de tus latidos" a la vez quiere "quemar las esquinas del hielo en tu espalda."
Tiene el alma en un hilo, pero "mutilé el hilo en donde dormían las perlas nacaradas." Su desilusión y su anhelo se desbordan en la acumulación de imágenes sin verbo.
Más allá de la razón: "Te ofrezco las tormentas de impala que cohabitan en mis bermejos voraces mi oficio de diadema…"
Tras los Hilos, tras estos poemas, Diana Espinal celebra la angustia de la pasión y la melancolía del placer. Cómo Penélope, la poeta teje y deshace el lienzo en su telar de palabras.

Saboree de nuevo la imagen:
Hace unos días llegaba una tormenta aquí con los vientos que anuncia la llegada. Al pasar por la casa cerrando ventanas pensé en la imagen que usted escribió: "los vientos que mecen retratos" …me sonreí y saboree de nuevo la imagen. Gracias otra vez por darme la oportunidad de leer su poesía y gozar de ella.


(*) Depto. of Spanish & Latin American Studies, Texas Christian University, For Wort, Texas.

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