LA POESÍA COMO CREACIÓN FUNDACIONAL
A propósito de Del ladrido del sombrero a la escama del sol, de Diana Espinal (Honduras, 2007)
Por: Mario Roberto Morales.(Guatemala)
Atracción fatal por las palabras: puesta en abismo del sentimiento: explosión de un alma de mujer enamorada del mundo y de su dimensión poética. Así logro expresar el primer impacto que me causa leer este intenso libro de Diana Espinal, compuesto por aquellas relaciones insólitas que Huidobro aconsejaba crear para que el poeta se pareciera a los dioses.
Tejedora incansable de realidades verbales, vidente de las relaciones que casi nadie ve, cazadora de absurdos lógicos que contienen tesoros musicales, Diana se recorre a sí misma mediante un osado y valiente descenso a sus dolores y agonías, para luego ir ascendiendo a sus dichas y reivindicaciones de mujer que se basta así misma para crearse y recrearse en sus propias palabras, igual como lo haría una escultora de su propio espíritu, utilizando el material que mejor manejan sus implacables manos: el verso insólito, la relación imprevista, la creación de la realidad en el verbo y por el verbo mismo.
Con estos materiales vueltos dúctiles en sus manos, Diana funda una poesía que no por pretenderse válida en sí misma sucumbe a la gratuidad del formalismo vacuo ni a la torre de marfil, sino que escarba con decidida vocación redentora en las llagas más amargas y en las epifanías más luminosas que es capaz de sentir una mujer que por este camino se ha adueñado de sí misma y se ha responsabilizado de su existencia y de su destino. Y quien, por ello mismo, se ha construido como su propia persona: libre, sin dependencias ni ataduras, capaz de volar cabalgando en sus palabras desde sus inciertos inicios hasta sus gloriosos finales.
Ejemplo luminoso del ejercicio poético como indagación del propio espíritu y como arma de liberación personal, este libro de Diana Espinal reivindica al mismo tiempo la rotunda validez de la fuerza de la palabra en sí misma y la utilidad del verso (y del verbo) como instrumento imprescindible para alcanzar la liberación humana mediante el aniquilamiento de los propios fantasmas.
Dotada de un sentido envidiable de la posibilidad estética de las palabras y de la dimensión lírica de lo concreto, Diana Espinal se funda a sí misma con este libro como una de las poetas imprescindibles para comprender el drama y la lucha de una mujer en su camino hacia el develamiento de su propio sentido y la asunción de su propio destino.
Ciudad de Guatemala, 1 de mayo del 2008.
A propósito de Del ladrido del sombrero a la escama del sol, de Diana Espinal (Honduras, 2007)
Por: Mario Roberto Morales.(Guatemala)
Atracción fatal por las palabras: puesta en abismo del sentimiento: explosión de un alma de mujer enamorada del mundo y de su dimensión poética. Así logro expresar el primer impacto que me causa leer este intenso libro de Diana Espinal, compuesto por aquellas relaciones insólitas que Huidobro aconsejaba crear para que el poeta se pareciera a los dioses.
Tejedora incansable de realidades verbales, vidente de las relaciones que casi nadie ve, cazadora de absurdos lógicos que contienen tesoros musicales, Diana se recorre a sí misma mediante un osado y valiente descenso a sus dolores y agonías, para luego ir ascendiendo a sus dichas y reivindicaciones de mujer que se basta así misma para crearse y recrearse en sus propias palabras, igual como lo haría una escultora de su propio espíritu, utilizando el material que mejor manejan sus implacables manos: el verso insólito, la relación imprevista, la creación de la realidad en el verbo y por el verbo mismo.
Con estos materiales vueltos dúctiles en sus manos, Diana funda una poesía que no por pretenderse válida en sí misma sucumbe a la gratuidad del formalismo vacuo ni a la torre de marfil, sino que escarba con decidida vocación redentora en las llagas más amargas y en las epifanías más luminosas que es capaz de sentir una mujer que por este camino se ha adueñado de sí misma y se ha responsabilizado de su existencia y de su destino. Y quien, por ello mismo, se ha construido como su propia persona: libre, sin dependencias ni ataduras, capaz de volar cabalgando en sus palabras desde sus inciertos inicios hasta sus gloriosos finales.
Ejemplo luminoso del ejercicio poético como indagación del propio espíritu y como arma de liberación personal, este libro de Diana Espinal reivindica al mismo tiempo la rotunda validez de la fuerza de la palabra en sí misma y la utilidad del verso (y del verbo) como instrumento imprescindible para alcanzar la liberación humana mediante el aniquilamiento de los propios fantasmas.
Dotada de un sentido envidiable de la posibilidad estética de las palabras y de la dimensión lírica de lo concreto, Diana Espinal se funda a sí misma con este libro como una de las poetas imprescindibles para comprender el drama y la lucha de una mujer en su camino hacia el develamiento de su propio sentido y la asunción de su propio destino.
Ciudad de Guatemala, 1 de mayo del 2008.
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