lunes, 20 de diciembre de 2010

Hoy me visto de tristeza.


Hoy me visto de tristeza.


Es escalofriante saber que día a día, más y más mujeres, van apareciendo muertas en todo el mundo. Al parecer ciertas fechas y declaraciones internacionales, que pretenden sensibilizar la opinión pública se quedan en papel y tinta, pues la realidad es otra. “desaparecen mujeres y no se vuelve a saber más de ellas, a menos que sus raptores decidan hacer aparecer sus cuerpos sin vida y con evidencias claras de haber sido brutalmente torturadas y asesinadas, violadas de manera tumultuaria y arrancadas partes de su cuerpo o quemadas.“

Hoy me visto de una tristeza profunda porque soy mujer y tengo con vida a mi madre a mis hermanas, a mis hijas, a mi suegra y cuñadas, sobrinas, primas, tías, amigas, etc. Y me aterra saber que algún día les pueda ocurrir algo similar a ellas, o a mi.

Para la Organización de las Naciones Unidas, el femicidio es “el asesinato de mujeres como resultado extremo de la violencia de género, que ocurre tanto en el ámbito privado como en el público, y comprende aquellas muertes de mujeres a manos de sus parejas, ex parejas o familiares, asesinadas por acosadores, agresores sexuales o violadores, así como aquellas que trataron de evitar la muerte de otra mujer y quedaron atrapadas en la acción femicida”. Las justificaciones para la muerte van desde la terrible casería para explotación sexual, hasta argumentos más caseros como “es mía o de nadie” “hace lo que yo mando” “yo la domino” hasta por “el puro encono, pues fue capaz de pensar y opinar y de contradecirme en frente de los demás machos”.

Las estadísticas denotan que el fenómeno va en aumento y que la impunidad y negligencia reina pues, los funcionarios públicos que trabajan en las “casas de justicia” no conocen el color de la transparencia.

Hoy me desgarro y a gritos digo:

Helena, Ana, Claudia, Carla, Dionisia, María, Ester, Rubí, Marisela...


Distraída vocal cuántica

Fue agrio el gemir de la hondonada

Fue reseca la razón que mutiló tus sueños…

En envolturas de fango

Asaron a fuego lento

Tus huesos y humearon al vapor tus pupilas

Distraída vocal cuántica

Fue retorcido el sol y obligado a poner huevos

Fue diligente el poro y espantoso el gesto que hicieron las piedras

Fue agrio el gemir de la hondonada…

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