Policía de Honduras reprime duramente manifestaciones de estudiantes
Decenas de estudiantes fueron golpeados y detenidos este lunes en la capital de Honduras, tras ser reprimidos por cientos de policías mientras protestaban contra una reforma educativa en las cercanías de la Casa Presidencial, constataron periodistas de la AFP.
Unos 1.000 estudiantes, procedentes de colegios de diferentes zonas de la capital, se concentraron frente a la sede gubernamental, mientras el gobierno de Porfirio Lobo iniciaba un diálogo con representantes de varios sectores sociales para concertar una nueva Ley General de Educación.
Al sitio llegaron cientos de policías antimotines que atacaron con garrotes, bombas lacrimógenas y potentes chorros de agua a los estudiantes que huyeron despavoridos.
Tras la represión, muchos colegiales presentaban sangrados debido a los golpes que recibieron. Decenas de estudiantes fueron detenidos, pero las autoridades no entregaron hasta ahora cifras de lesionados ni arrestos.
Otros grupos de estudiantes fueron reprimidos frente al Instituto Central y en Germania, al sur, y en la salida al oriente de la capital, dijeron dirigentes estudiantiles.
"No es posible que mientras estamos negociando estén violentando el derecho de nuestros jóvenes a protestar; hay jóvenes gravemente heridos, uno está a punto de perder un ojo", denunció el dirigente magisterial Edgardo Casaña a radio Globo.
"Esto no genera condiciones para el diálogo", añadió sobre la mesa de concertación convocada por el gobierno.
El presidente Lobo convocó a un diálogo para concertar la iniciativa y poner fin a una crisis educativa de hace tres semanas, con tomas de unos 150 colegios en todo el país por parte de estudiantes, en protesta por la presentación del proyecto de la Ley General de Educación en el Congreso Nacional.
La nueva ley pretende reemplazar a una de 1966, pero estudiantes y profesores la miran con reservas y consideran que el gobierno persigue privatizar la educación.
En la mesa de diálogo, el presidente del Congreso, Juan Orlando Hernández, se comprometió a retirar el proyecto oficial para elaborar uno nuevo que sea producto de consenso.
Más de dos millones de estudiantes pertenecen al sistema público hondureño y diversos sectores coinciden en que requiere una reforma estructural para mejorar la calidad de la educación.
Un policía antimotines hondureño detiene a un estudiante de secundaria en el marco de una manifestación contra una reforma educativa que terminó con decenas de detenidos tras una fuerte represión policial el 15 de agosto de 2011 en Tegucigalpa.
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