martes, 29 de julio de 2014

Alberto Abraham Domínguez Y Diana Espinal Meza. (ANARANJADA SERPIENTE.)

Anaranjada Serpiente, el libro de los vínculos.
Por: Diana Annabell Espinal Meza. (*)
 “Quien te mira serpiente, bruñendo tus escamas bajo el sol o el creciente, siempre pasando nunca yéndote…”  (Josefina Plá.)
 
Anaranjada serpiente es el nombre del primer libro escrito por mi buen amigo, el narrador y poeta juarense Alberto Abraham Domínguez. Anaranjada serpiente tiene una estructura conformada por cuarenta y cinco textos narrativos y uno poético,  (cuarenta y seis en total.) Tiene la peculiaridad de hilvanar historias en donde el tiempo juega un papel primordial y decisivo. Es un libro en donde cada minuto, cada segundo, cada recuerdo cuenta como el hoy. Anaranjada serpiente, se recrea en sus relatos hacia la perpetuidad, pero, la perpetuidad que se esconde en cada minuto ido, en algunos detalles, en la consulta psiquiátrica, en el misticismo, incluso hasta en un medicamento y el divagar de la mente.
Domínguez en esta oportunidad nos está presentando un libro desde el punto de vista de la esquizofrenia, de esta manera nos lleva por rutas abismales, que tienen empalmes o vínculos esenciales entre cada uno de los cuentos aquí reunidos. Sin embargo debemos estar alertas puesto que estos trastornos no son nuevos, desde 1896, “kraepelin (psiquiatra alemán) ya había identificado esta enfermedad mental bajo el nombre de "demencia precoz", queriendo significar que las personas afectadas, necesariamente sufren graves deterioros cognitivos y comportamentales, similar es a las demencias experimentadas por algunas personas ancianas, pero en este caso se daría en una edad juvenil. “ 1.-  
Sin lugar a dudas Abel es un personaje (principal) que sufre trastornos en su comportamiento. “En busca de Aztlán” (primer cuento de Anaranjada serpiente) se le ubica –en primer instancia- tras un recorrido largo e incógnito, la hermandad le ha dado una misión pero, “Pareciera ser que ha perdido la noción del tiempo, de sí mismo, tiene las uñas largas y sucias, siente su saliva hacerse blanca, espesa, difícil de tragar y producir” Lo observaremos en plena confrontación intima consigo mismo, mientras el recuerdo de un sueño lo inquieta todavía más, y finalmente –por cuestión de los dioses- se encamina hacia Teotihuacán para encontrar a su alma gemela a quien nunca ha visto ni oído, pero tiene la certeza de identificarlo ipso facto.
“En busca de Aztlán,” Es como el corazón que bombea sangre, vida, energía, existencia y subsistencia a todo el libro. De aquí se desprenden puntos de intercepción valiosos. Son, vasos comunicantes que captan momentos fundamentales, como bien decía André Bretón: «retener de la vida despierta lo que merece ser retenido».
Esos puntos de intercepción me llevaron hacia la palabra naranja, que define al título del libro. Y, viene asociada en esta aventura de “En busca de Aztlán” como la fruta que está constantemente en la mente de Abel y como “el anti psicótico anaranjado no me permite hablar mucho,” en el cuento “llamada de Abel.” La segunda palabra que complementa el título es “serpiente” la ubica en este mismo tejido, como el “Devaneo, la serpiente que mordió el tobillo le lleva la imagen de un sacerdote egipcio...”
Por asociación uno diría en cuanto a la palabra Aztlán, que su significado es ‘lugar de la blancura’ o ‘lugar de las garzas’ (del náhuatl azta (‘garza’) y tlan (‘tierra de’) pero Alberto Abraham Domínguez lo incorpora en su libro, a través de Abel como “como utopía existencialista” que a lo mejor le ayudará a promocionarse dentro de la hermandad. Y como: “recinto de los muertos vivientes” o es todo lo contrario?
En Anarajanda serpiente, se encontrará con casos curiosos por ejemplo: y –avanzando en la lectura- el cuento número dieciséis se titula “llamada de Abel” que está en total intercepción con el primer cuento. En “Llamada de Abel” encontraremos una narración llena de recuerdos de la infancia ante la iglesia  del santo Lorenzo, “los días de un patológico segregado” el olor de los guisados, la tortilla, Ethel-etharasco, una llamada y el inesperado me quedé sin saldo, que muchas veces nos ha ocurrido a nosotros.
En este mismo texto se menciona al “apartamento Sandía” nombre que posteriormente se convierte en el título de otro cuento, que viene colocado en el número treinta, y menciona también a Ethel, quien es –a su vez- es la protagonista de otro cuento que nuestro escritor ha llamado “Abel y Ethel” (historia número veintinueve.)
Otros vínculos elementales en Anaranjada serpiente, son las Necrópolis, aparecen por vez primera en el mismo cuento “han pasado varias lunas llenas desde mi viaje, aun pienso si mi hermandad existe o ya es un vago recuerdo para la comunidad que forma parte...la comunidad que ahora llaman Necrópolis…” y posteriormente los cuentos número dieciocho tiene por título “Víctimas de Necrópolis” y el cuento ubicado en el número cuarenta y cuatro del libro se llama “Necrópolis, 02/10/2013.”
Los colores: En el cuento, “En Busca de Aztlán” el color amarillo denota sequedad, palidez “El recorrido es de color amarillo, como si la calle no estuviese pavimentada.” Pero también lo llama el color de la traición,  especialmente cuando se referían a unas monedas “No es anaranjada, las amarillas denotan traición. >> Una vez nos dijo el viajero sin rumbo.” En el cuento los Matachines en la iglesia. Amarillo color del peligro en una cinta. El color rojo, aparece constantemente en las narraciones: “El rio se puso de color rojo con la sangre del escuadrón de los espectros.” Ubicado en el mismo cuento. El cuento (Recuerdo) inicia: “Gente mirando el rojo.”  El color rosado esta justo en el lugar donde Joaquín se dirige, al auto de su mujer. El color azul de su celular Motorola. El color blanco en el cuento (Réquiem de Esteban) para nombrar las vendas que siempre eran blancas. El color negro de un recuadro, hombres verdes, sillones de color café, entre otros.
La música: “canción “Bloom” de Radiohead en el aire.” (Cuento En busca de Aztlán.) “escucho el disco de “I might be wrong” de Radiohead en mi mp3…” (Cuento matachines en la iglesia)   “Jimmy Hendrix suena bien, lo oigo de fondo…” (Cuento Recuerdo)  “recuerdo cuando soñé que me bañaba a las 3:33 de la madrugada escuchando el ¨Ave María¨ de Andrea Bocelli.” (Cuento Necrópolis) ,  “iba a prender la radio pero se me olvido que me lo habían robado el fin de semana pasado.  <> “ (Cuento Necrópolis) , “canciones de Radiohead en la radio o de Ely Guerra, la de “Morirse de amor” es una de mis preferidas pero me reservo ese gusto de música para cuando estoy solo y evitar burlas masculinas.” Entre otras.
Elegantemente aparecen, en este motor de vida: Arqueronte y Jebén. Arqueronte es el Poema ubicado en el orden cuarenta y cinco con varios matices que oscilan entre: eróticos cuando nombra lo multi-orgásmico. Altaneros cuando se ve como un semi-dios “empeñado a resurgir de una cabeza vacua” O brilloso, ante del destello apetecible de los metales como el oro y la plata. Alberto Domínguez, lo ubica como el delirio que se da en la mente Arqueronte:
“Navaja / Euforia en un filo /Autoría cometida / Blasfemia sensata / El óleo deambulante / A La ola de color
Multi-orgásmico / De aguas penetradas / Sumergirse asemeja / Un adscrito / A lo adverso. “
Jebén: Reino de la virgen de los cardos (texto número treinta y siete) la Virgen de los cardos es “Gaya” a ella se le brindan estas palabras: “le pido a nuestra diosa Gaya, Virgen de los Cardos que nos otorgue su espada su poder para poder restablecer el orden que injustamente se nos quitó. Diosa alabada, bendita seas oh madre, nos has puesto en este valle de espinas para recordar que la piel es débil y la ley del hombre cruel, tomo con gusto esta cruz que en mis desnudos hombros pones, la cargo en tu nombre, alabada Madre que me miras desde el lucero parpadeante y me confortas con espirales de luz tocándome el rostro.”
El amigo Joaquín es como una vena aorta: “donde su amigo Joaquín le dará razón de todos sus caprichos,” , “Joaquín se incomoda que tarde tanto” , “Pasadas las tres de la mañana, me meto al carro de Joaquín y regresamos nuestros fusiles a la iglesia del santo Lorenzo.” , “_Ven carnal, relájate, fuma esto, ya paso lo más pesado_. Me dice Joaquín.” , “Joaquín me agarra del hombro fraternalmente, está por llegar su mujer y creo que no soy de su agrado” ,
Sin lugar a dudas en Anaranjada serpiente, encontraremos vínculos de melancolía, enlaces de palabras escritas en Latín como ”Homine religiosi” fusión entre este libro y el antojo de otros, de Albert Camus, o Charles Bukowski. Fijaciones sexuales ante “La blusa apretada a sus senos le hace pensar en un melón relleno de queso cottage” o cuando “Nota la mirada de la huera secretaria al pasillo de la entrada del edificio, nota que trae una blusa color blanca que le aprieta su busto, lo hace imaginarse un sostén de copa tamaño ¨C¨.” (Cuento el recuerdo) … el mundo de los sueños: “Quiero casarme con ella, procrearle un hijo, hacerle el amor las noches y mañanas, ser una sola carne, volver a renacer en su vientre, en sus ojos, en las lunas llenas de sangre y romance.” (Hermano en el auricular/ una nube cubre el firmamento. Etharasco. )
 Alberto Abraham Domínguez, nos presenta un libro con muchos epicentros que hay que leer con cautela, pienso que ha puesto sus bases en la utilización de la no linealidad (por las rupturas de las convenciones) como recurso provocador para un público curioso, quizás complejo. Y coquetea más, con un diseño circular y los flujos de la conciencia en toda la obra. No puedo dejar de pensar en mi amado Borges cuando planteaba los hermosos laberintos, los micro y macro espacios infinitos contenidos en recipientes tan pequeños del tamaño de una cáscara de nuez y una nueva filosofía literaria sobre la existencia del ser humano y de los misteriosos mundos que están eternamente conectados.
Anaranjada serpiente, por ratos se ve como una teoría del caos en donde algunos elementos pueden ser predecibles pero otros no. Yo me quedó con las palabras del paciente 666, que no por nada ocupa el número seis en todo el libro “paciente de los dígitos malditos” y que dice: … “se pregunta si corren en la búsqueda de la anaranjada serpiente.”
Diana Annabell Espinal Meza. (*) Lic. En Literatura. Universidad Pedagógica Nacional “Francisco Morazán” Honduras. Autora de los poemarios: Reiteración de Cornisas. (2014) México. / Del ladrido del sombrero a la Escama del sol. (2007) Honduras. /  Tras los Hilos. (2004) Honduras. / Eclipse de Agujas. (2000) Honduras.
Nota:
1.-  Cidoncha Moreno, Esther. Esquizofrenia. (Psicología en línea)
 
 

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